San José

Diario digital del Centro Josefino de Chile

26 julio 2008

LEAMOS LA EXHORTACION CUSTODIO DEL REDENTOR DE JUAN PABLO II

SAN JOSE, PATRONO DE LA IGLESIA DE NUESTRO TIEMPO

El capitulo VI de este hermoso documento pontificio del 15 de agosto de 1989 nos recuerda que San José es el PATRONO DE LA IGLESIA DE NUESTRO TIEMPO

En tiempos difíciles para la Iglesia, Pío IX, queriendo ponerla bajo la especial protección del santo patriarca José, lo declaró «Patrono de la Iglesia Católica».[42]
Sabía que no se trataba de un gesto peregrino, pues, a causa de la excelsa dignidad concedida por Dios a este su siervo fiel,
«la Iglesia, después de la Virgen Santa, su esposa, tuvo siempre en gran honor y colmó de alabanzas al bienaventurado José, y a él recurrió sin cesar en las angustias».[43]

¿Cuáles son los motivos para tal confianza? León XIII los expone así:

«Las razones por las que el bienaventurado José debe ser considerado especial Patrono de la Iglesia, y por las que a su vez, la Iglesia espera muchísimo de su tutela y patrocinio, nacen principalmente del hecho de que él es el esposo de María y padre putativo de Jesús (...). José, en su momento, fue el custodio legítimo y natural, cabeza y defensor de la Sagrada Familia (...). Es, por tanto, conveniente y sumamente digno del bienaventurado José que, lo mismo que entonces solía tutelar santamente en todo momento a la familia de Nazaret, así proteja ahora y defienda con su celeste patrocinio a la Iglesia de Cristo».[44]

Este patrocinio debe ser invocado y todavía es necesario a la Iglesia

-no sólo como defensa contra los peligros que surgen, sino también y sobre todo como aliento en su renovado empeño de evangelización en el mundo y de reevangelización en aquellos «países y naciones, en los que la religión y la vida cristiana fueron florecientes y» que «están ahora sometidos a dura prueba».[45]

-Para llevar el primer anuncio de Cristo

-y para volver a llevarlo allí donde está descuidado u olvidado,

-la Iglesia tiene necesidad de un especial «poder desde lo alto» (cf. Lc 24, 49; Act 1, 8), don ciertamente del Espíritu del Señor, no desligado de la intercesión y del ejemplo de sus Santos.


Además de la certeza en su segura protección,


-la Iglesia confía también en el ejemplo insigne de José; un ejemplo que supera los estados de vida particulares y se propone a toda la Comunidad cristiana, cualesquiera que sean las condiciones y las funciones de cada fiel.

-Como se dice en la Constitución Dogmática del Concilio Vaticano II sobre la divina Revelación, la actitud fundamental de toda la Iglesia debe ser de «religiosa escucha de la Palabra de Dios»,[46] esto es, de disponibilidad absoluta para servir fielmente a la voluntad salvífica de Dios revelada en Jesús.

-Ya al inicio de la redención humana encontramos el modelo de obediencia —después del de María— precisamente en José, el cual se distingue por la fiel ejecución de los mandatos de Dios.

-Pablo VI invitaba a invocar este patrocinio «como la Iglesia, en estos últimos tiempos suele hacer; o ante todo, para sí, en una espontánea reflexión teológica sobre la relación de la acción divina con la acción humana, en la gran economía de la redención, en la que la primera, la divina, es completamente suficiente, pero la segunda, la humana, la nuestra, aunque no puede nada (cf. Jn 15, 5), nunca está dispensada de una humilde, pero condicional y ennoblecedora colaboración.

-Además, la Iglesia lo invoca como protector con un profundo y actualísimo deseo de hacer florecer su terrena existencia con genuinas virtudes evangélicas, como resplandecen en san José».[47]


La Iglesia transforma estas exigencias en oración.

-Y recordando que Dios ha confiado los primeros misterios de la salvación de los hombres a la fiel custodia de San José,

-le pide que le conceda colaborar fielmente en la obra de la salvación,

-que le dé un corazón puro, como san José, que se entregó por entero a servir al Verbo Encarnado,

-y que «por el ejemplo y la intercesión de san José, servidor fiel y obediente, vivamos siempre consagrados en justicia y santidad».[48]

-Hace ya cien años el Papa León XIII exhortaba al mundo católico a orar para obtener la protección de san José, patrono de toda la Iglesia.

-La Carta Encíclica Quamquam pluries se refería a aquel «amor paterno» que José «profesaba al niño Jesús»;

-a él, «próvido custodio de la Sagrada Familia» recomendaba la «heredad que Jesucristo conquistó con su sangre».

-Desde entonces, la Iglesia —como he recordado al comienzo— implora la protección de san José en virtud de «aquel sagrado vínculo que lo une a la Inmaculada Virgen María»,

-y le encomienda todas sus preocupaciones y los peligros que amenazan a la familia humana.

-Aún hoy tenemos muchos motivos para orar con las mismas palabras de León XIII: «Aleja de nosotros, oh padre amantísimo, este flagelo de errores y vicios...
Asístenos propicio desde el cielo en esta lucha contra el poder de las tinieblas ...;

-y como en otro tiempo libraste de la muerte la vida amenazada del niño Jesús,
así ahora defiende a la santa Iglesia de Dios de las hostiles insidias y de toda adversidad».[49]

Aún hoy existen suficientes motivos para encomendar a todos los hombres a san José.

Deseo vivamente que el presente recuerdo de la figura de san José renueve también en nosotros la intensidad de la oración que hace un siglo mi Predecesor recomendó dirigirle.


- Esta plegaria y la misma figura de José adquieren una renovada actualidad para la Iglesia de nuestro tiempo, en relación con el nuevo Milenio cristiano.

- El Concilio Vaticano II ha sensibilizado de nuevo a todos hacia «las grandes cosas de Dios»,
hacia la «economía de la salvación» de la que José fue ministro particular.


Encomendándonos, por tanto, a la protección de aquel a quien Dios mismo «confió la custodia de sus tesoros más preciosos y más grandes»[50] aprendamos al mismo tiempo de él a servir a la «economía de la salvación».

Que san José sea para todos un maestro singular en el servir a la misión salvífica de Cristo, tarea que en la Iglesia compete a todos y a cada uno: a los esposos y a los padres, a quienes viven del trabajo de sus manos o de cualquier otro trabajo, a las personas llamadas a la vida contemplativa, así como a las llamadas al apostolado.

El varón justo, que llevaba consigo todo el patrimonio de la Antigua Alianza, y ha sido también introducido en el «comienzo» de la nueva y eterna Alianza en Jesucristo.
Que él nos indique el camino de esta Alianza salvífica, ya a las puertas del próximo Milenio,
durante el cual debe perdurar y desarrollarse ulteriormente la «plenitud de los tiempos», que es propia del misterio inefable de la encarnación del Verbo.

Que san José obtenga para la Iglesia y para el mundo, así como para cada uno de nosotros, la bendición del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Dado en Roma, junto a San Pedro, el día 15 de agosto, solemnidad de la Asunción de la Virgen María, del año 1989, undécimo de mi Pontificado.

JOANNES PAULUS PP. II


[42] Cf. Sacr. Rituum Congr.., Decr. Quemadmodum Deus (8 de diciembre de 1870): l.c., p. 283.
[43] Ibid., l.c., pp.282 s.
[44] León XIII, Carta Encícl. Quamquam pluries (15 de agosto de 1889): l.c., pp. 177-179.
[45] Exhort. Apost. Post-Sinodal Christifideles laici (30 de diciembre de 1988), 34: AAS 81 (1989), p. 456.
[46] Const. dogm. Dei Verbum, sobre la divina Revelación, 1.
[47] Pablo VI, Alocución (19 de marzo de 1969): Insegnamenti, VII (1969), p. 1269.
[48] Cf, Missale Romanum, Collecta; Super oblata en «Sollemnitate S. Ioseph Sponsi B. M. V.»; Post. comm. en «Missa votiva S. Ioseph».
[49] Cf. León XIII, «Oratio ad Sanctum Iosephum», que aparece inmediatamente después del texto de la Carta Encícl. Quamquam pluries (15 de agosto de 1889): Leonis , XIII P. M. Acta, IX (1890), p. 183.
[50] Sacr. Rituum Congr., Decr. Quemadmodum Deus (8 de diciembre de 1870): PII IX, P.M. Acta, pars I, V p. 282.

09 julio 2008

PROXIMA JORNADA JOSEFINA EN SANTIAGO DE CHILE



SAN JOSE PATRONO DE LA IGLESIA DE NUESTRO TIEMPO.

Este es el tema del próximo simposio internacional de San José, a celebrarse en Polonia en septiembre 2009.
Para hacer eco a este acontecimiento josefino, el Centro Josefino de Chile, celebrará este año su jornada anual el sábado 25 de octubre en la Casa Central de los Obreros de San José situada en Vergara 524 de Santiago Centro.

Esta jornada será precedida por jornadas locales en la Capilla San José de la Parroquia María Magdalena de Puente Alto, en la Parroquia San Juan Evangelista, Lira 428, Santiago Centro y en la Parroquia San José, Patrono de La Iglesia, Onofre Jarpa 9433

Desde ya estamos estudiando los siguientes temas relacionados a san José, patrono de la Iglesia de nuestro tiempo:

  • San José, patrono de la Iglesia doméstica o familia.
  • San José, patrono de la Iglesia del Vaticano II,
  • San José, patrono de la Iglesia Universal proclamado por Pio IX,
  • San José, patrono de muchas iglesias y ciudades de América Latina,
  • San José, patrono de la Educación y de los jóvenes
  • San José, patrono de los obreros,
  • San José, patrono de los migrantes y exilados,
  • San José, patrono de la vida religiosa,
  • San José, patrono y modelo de los esposos.
  • San José, patrono de Antofagasta, Melipilla y Temuco.

"Que san José sea para todos un maestro singular en el servir a la misión salvífica de Cristo, tarea que en la Iglesia compete a todos y a cada uno: a los esposos y a los padres, a quienes viven del trabajo de sus manos o de cualquier otro trabajo, a las personas llamadas a la vida contemplativa, así como a las llamadas al apostolado." Carta Custodio del Redentor, No. 8.

08 julio 2008

DESDE VALLADOLID, SAN JOSÉ EN EL MENSAJERO


EL MENSAJERO DE SAN JOSE,
ENERO-FEBRERO 2008.


Portada: La adoración de los pastores de El Greco (1541-1614), Museo de El Prado, Madrid.
p. 3. Habla el Papa. Discurso dirigido al Movimiento de los focolares “Nueva Familia.”.

Es necesario que todas las familias cristianas miren con confianza a la Sagrada Familia de Jesús, María y José, la original “Iglesia doméstica” en la que “por misterioso designio de Dios vivió escondido largos años el Hijo de Dios.

La Sagrada Familia es el prototipo y ejemplo de todas las familias cristianas. (FamiliarIs Consortio 17)

La humilde familia de Nazaret, ícono y modelo de toda familia humana les de su apoyo celestial para ser familias nuevas.

p. 4. San José, perfecto ejemplo de vida cristiana, por Andres Molina Prieto.

San José supo conjugar como nadie el amor silencioso a la Verdad que, como padre legal y nutricio respiraba junto a su hijo Dios encarnado, con el amor exigente en el servicio abnegado de cada día.

San José experimentó el amor a la verdad, esto es el amor contemplativo de la verdad divina que irradiaba de la humanidad Cristo y la exigencia del amor, o sea el amor igualmente puro del servicio requerido por la tutela y por el desarrollo de aquella humanidad.

San José es consumado maestro de de acción profesional como humilde artesano y prototipo de contemplación para los orantes y místico.

p.5. Testimonio de un milagro del Niño Jesús de Praga. Hosanna del Divino Infante, hijo de san José, concluye el testimonio de Fray Matías del Niño Jesús.
p. 6-7.
Florecillas josefinas de dos Mártires: Beato Nazario del Sagrado Corazón y el B. Tirso de Jesús María.

San José es modelo de virtudes familiares…trabajando y orando, gobernado a la Virgen y al Niño Jesús y reverenciándoles en el más completo silencio, decía el Beato Nazario en la hoja Parroquial del Carmen en la Habana, Cuba.

El Beato Tirso dirigía la pía Unión de San José en Matanzas Cuba. Escribía una cronista de la época: que San José les conceda lo que el Padre Tirso en galanas frases pide a nuestro Santo: “Para el infortunio que nos aterice en las luchas de este valle de aflicción, danos el consuelo que el rigor suavice y échanos el manto de tu protección.

p. 8-9. Grandes devotos de san José. Juan Gerson, (1363-1429), por Teófanes Egido.

Gerson fue junto con Santa Teresa, el apóstol mas ferviente de la devoción a san José.

Puso al servicio de san José sus grandes cualidades de predicador.

Como buen teólogo contempló en los Evangelios la misión encomendada por Dios a José en el misterio de la Encarnación, de la salvación.

Escribió la Josefina que es el primer libro que se conoce sobre san José.

Tengo la convicción, decía, que José fue joven, dentro del concepto de san Isidoro de Sevilla, que pone sus confines entre los 28 años hasta los cincuenta, cuando empieza la senectud.

p. 10-11. Los primos hermanos de Jesús. Aclara sobre la afirmación de los hermanos de Jesús de que hablan los evangelios, o hijos de José como dicen los apócrifos. Son sencillamente primos de Jesús. En hebreo y arameo no existe una palabra que precise el grado de parentesco, porque el término hebreo ‘ah, que subyace al texto griego, significa hermano, pariente, familiar y hasta socio y amigo.

p. 12-13. Querido San José, Don Tranquilo. Carta de una taichista cristiana.
p. 16. La luz de José, poesía desde el Carmelo de Cristo Rey de Tordesillas.

Etiquetas:

07 julio 2008

FIESTA DE LA PUREZA DE SAN JOSE


Es una fiesta propia de la familia Josefina fundada por el P. José María Vilaseca, quien como dice la oración para pedir su beatificación, fue gran devoto de San José y apóstol de la Educación de la juventud y de las misiones.
Por su gran devoción a María, este siervo de Dios, recibió como regalo de parte de Nuestra Señora, un gran amor y devoción al Patriarca San José, de tal modo que llegó a ser su más grande propagandista y lo llevaba como estandarte en su labor misionera y evangelizadora.
Con la fiesta de la pureza, quería exaltar la rectitud, justicia, santidad y gracias con que Dios, en su providencia, lo enriqueció para que fuera el esposo de María y padre verdadero, aunque no genético, de Nuestro Señor.
Desde Santiago de Chile, los misioneros y las hermanas josefinas nos unimos a la alegría de esta solemnidad josefina recordando el Salmo 72: Que todos los pueblos lo feliciten y lo invoquen como bendición.

Etiquetas:

06 julio 2008

Un festival de bandas dedicado a San José



De la dirección de Bandas. com te comparto el afiche y el programa de la séptima edición de un festival de bandas que lleva el nombre del esposo de María. Un festival realizado hace dos semanas

VII Festival de Bandas El Patriarca San José


Fecha: Domingo 22 de Junio
Horario: 8:00 horas en adelante
Lugar: Estadio del Cuartel de matamorros, Guardia Presidencial. Calle Final y 18 Avenida Zona 1, Ciudad de Guatemala
Admisión: Q.15.00

¡Como siempre con nuestras bandas Hermanas!

San Rafael Arcángel
San Sebastián
Rafael Landívar
Liceo Canadiense
Liceo Montessori
Osorio Sandoval
Santa Infanci
Escuela de Maestras para Párvulos
Mixto Belén
Instituto Belén
Liceo Mercantil
Liceo Brasileiro
Colegio San Pablo
¡Premio a la Mejor Porra!

Te invita: Revista ¡En Marcha! blog.bandasdemarcha.com

http://bandasdemarcha.com/blog/

Etiquetas: , ,

05 julio 2008

SAO JOSE PADROEIRO DO VATICANO II

El Beato Juan XXIII, era gran devoto de san José. En su bautismo había recibido su Nombre (José Roncalli) y en su vida espiritual lo tenía como su modelo.
Cuando convocó el Concilio Vaticano II lo nombró patrono de esa importante reunión para la vida de la Iglesia de nuestro tiempo e incluyó el nombre del Santo Patriarca junto al nombre de María en la Misa.
Esta carta enviada al mundo el 19 de marzo de 1961 es un muestra de su gran devoción. Para que sirva a la familia josefina en Angola y otros lugares de habla portuguesa la publicamos en esa hermosa lengua.

CARTA APOSTÓLICA DO PAPA JOÃO XXIII

AS VOZES QUE, DE TODOS OS PONTOS DA TERRA...
DEVOÇÃO A S. JOSÉ, PADROEIRO DO VATICANO II

Aos ordinários dos lugares e aos fiéis cristãos do mundo católico.Veneráveis Irmãos e caros filhos,

1. As vozes que, de todos os pontos da terra, chegam ate nós em expressões de feliz expectativa e de votos pelo feliz êxito do Concílio Ecumênico Vaticano II, impelem cada vez mais nosso espírito a tirar proveito da boa disposição de tantos corações simples e sinceros, desejosos, com amável espontaneidade, de implorar o auxílio celeste, aumento de fervor religioso e clareza de orientação prática para tudo quanto a celebração do concílio supõe e nos promete como incremento da vida íntima e social da Igreja e renovação espiritual do mundo inteiro.

2. E eis que se nos apresenta, qual uma aparição da nova primavera deste ano e no limiar da sagrada Liturgia Pascal, a suave e amável figura de s. José, o augusto esposo de Maria, tão caro ao íntimo das almas mais sensíveis aos atrativos do ascetismo cristão e de suas expressões de piedade religiosa, reservadas e modestas, mas tanto mais apreciadas e suaves.

3. No culto da santa Igreja, Jesus, Verbo de Deus feito homem, teve logo uma adoração incomunicável como esplendor da natureza de seu Pai, e irradiando-se na glória dos santos. Maria, sua Mãe, seguiu-o de perto desde os primeiros séculos, nas imagens das catacumbas e das basílicas, piedosamente veneradas: Sancta Maria Mater Dei.

S. José, pelo contrário, excetuando algum traço de sua figura, encontrado aqui e ali nos escritos dos Padres, permaneceu durante séculos e séculos em seu característico apagamento, um pouco como figura de ornamento no quadro da vida do Senhor. E foi necessário tempo até que seu culto passasse dos olhos aos corações dos fiéis e despertasse neles singular fervor de oração e abandono confiante. E estas foram as piedosas alegrias reservadas às efusões da época moderna: oh! quão abundantes e grandiosas! E temos particular alegria em colher daí uma observação tão característica quanto significativa.S. José na voz dos Papas dos cem últimos anos

4. Entre os diversos postulata que os Padres do Concílio Vaticano I reunidos em Roma (1869-1870), apresentaram a Pio IX, os dois primeiros eram concernentes a S. José. Antes de tudo, pedia-se que seu culto tivesse lugar mais elevado na sagrada liturgia; trazia a assinatura de 153 bispos. O outro, assinado por 43 superiores gerais de ordens religiosas, suplicava a solene proclamação de S. José como Padroeiro da Igreja Universal.(1)Pio IX

5. Pio IX acolheu um e outro com alegria. Desde o início de seu pontificado(2) havia fixado a festa e a liturgia para o patrocínio de s. José no III domingo depois da páscoa. Já em 1854, em vibrante e fervorosa alocucão, indicara s. José como a esperança mais segura da Igreja depois da Virgem santíssima; e no dia 8 de dezembro de 1870, suspenso o concílio Vaticano pelos acontecimentos políticos, escolheu a feliz coincidência da festa da Imaculada Conceição para a proclamação mais solene e oficial de s. José como padroeiro da Igreja universal e para a elevação da festa de 19 de março à celebração de rito duplo de 1ª classe. (3)

6. Foi - o daquele 8 de dezembro de 1870 - um breve, mas precioso e admirável Decreto "Urbi et Orbi", verdadeiramente digno do "Ad perpetuam rei memorium", que abriu um veio de riquíssimas e preciosas inspirações aos sucessores de Pio IX.

7. Leão XIII. Com efeito, eis que o imortal Leão XIII apresenta para a festa da Assunção de 1889, com a carta Quamquam pluries,(4) o documento mais amplo e copioso até então publicado por um papa, em honra do pai putativo de Jesus, elevado em sua luz característica de modelo dos pais de família e dos operários. Provém daí a bela oração: "A vós, ó Bem-aventurado s. José", que encheu de tanta doçura nossa infância.S. Pio X

8. O santo pontífice Pio X acrescentou as expressões do Papa Leão XIII numerosas outras de devoção e de amor para com s. José, acolhendo de bom grado a dedicatória que lhe foi feita de um tratado que ilustra seu culto,(5) e multiplicando o tesouro das indulgências para a recitação das ladainhas, tão caras e tão doces de dizer. Como estão bem expressos os termos dessa concessão! "O santíssimo senhor nosso Pio X engrandece o ínclito patriarca s. José pai putativo, esposo puríssimo da Virgem mãe e poderoso patrono da Igreja católica junto de Deus" - e vede que delicadeza de sentimentos pessoais - "cujo glorioso nome é aprendido desde o nascimento, e é envolvido de piedade e religião constante".(6) E os termos com que anunciou os motivos dos novos favores concedidos: "para cultuar s. José, padroeiro da Igreja universal".(7)Bento XV

9. Ao desencadear-se a primeira grande guerra européia, quando os olhos de s. Pio X se fechavam à vida terrestre, eis que aparecia providencialmente o Papa Bento XV, que atravessou qual um astro benéfico de consolação universal os anos dolorosos de 1914 a 1918. Também ele quis logo promover o culto do santo patriarca. Com efeito, é a ele que se deve a introdução de dois novos prefácios ao cânone da santa missa: precisamente o de s. José e o da missa dos defuntos, associa com felicidade um e outro em dois decretos do mesmo dia, 9 de abril de 1919,(8) como a lembrar uma concomitância e fusão de dor e de conforto entre as duas famílias: a família celeste de Nazaré, da qual s. José era o chefe legal, e a imensa família humana afligida por uma consternação universal pelas inúmeras vítimas da guerra devastadora. Que triste, mas também suave e feliz aproximação: Duma parte, s. José e de outra "o signifer sanctus Michael": ambos apresentando as almas dos defuntos ao Senhor "na luz santa".

10. No ano seguinte - 25 de julho de 1920 - o papa Bento XV voltava a este assunto no cinqüentenário, que então se preparava, da proclamação - já feita por Pio IX - de s. José como Padroeiro da Igreja universal; e voltava numa luz de doutrina teológica com o Motu próprio Bonum Sane, (9) todo impregnado de ternura e singular confiança. Oh! que belo iluminar-se da suave e benévola figura do santo, que ele faz o povo cristão invocar para proteger a igreja militante, no momento mesmo em que reflorescem suas melhores energias para a reconstrução espiritual e material, depois de tantas calamidades; e para reconforto de tantos milhões de vítimas humanas que jaziam às portas da morte e para as quais o Papa Bento XV queria pedir aos bispos e as numerosas associações piedosas espalhadas pelo mundo, a intervenção suplicante de suas orações a s. José, padroeiro dos agonizantes.Pio XI e Pio XII

11. Seguindo a mesma linha de conselho da devoção fervorosa ao santo patriarca, os dois últimos pontífices Pio XI e Pio XII - ambos sempre de cara e venerável memória - se sucederam numa viva e edificante fidelidade de ensino, de exortação, de fervor.

12. Pelo menos quatro vezes, Pio XI, em solenes alocuções relativas à glorificação de novos santos e, freqüentemente, na ocorrência de 19 de março - por exemplo em 1928,(10) depois em 1935 e ainda em 1937 - aproveitou a ocasião para exaltar as diferentes luzes que ornam a fisionomia espiritual do guardião de Jesus, do castíssimo esposo de Maria, do piedoso e modesto operário de Nazaré, e do padroeiro da Igreja universal, poderoso escudo de defesa contra os esforços do ateísmo mundial que visa a desagregação das nações cristãs.

13. Também Pio XII tomou de seu predecessor a nota fundamental no mesmo tom, em numerosas alocuções, todas tão belas, vibrantes e felizes. Como a 10 de abril de 1940(11) quando convidava os jovens esposos a se colocarem sob o seguro e suave manto do Esposo de Maria; e em 1945(12) quando convidava os membros da associação cristã dos operários a honrá-lo como elevado exemplo e defensor invencível de suas falanges; e dez anos depois, em 1955(13) quando anunciava a instituição da festa anual de s. José operário. Na realidade, esta festa de instituição recentíssima, fixada a 1° de maio, veio suprimir a da 4ª feira da segunda semana de páscoa, enquanto a festa tradicional de 19 de março marcará de agora em diante a data mais solene e definitiva do patrocínio de s. José sobre a Igreja universal.

14. O mesmo Santo Padre Pio XII quis ornar como que de preciosíssima coroa o peito de s. José com uma fervorosa oração proposta à devoção dos sacerdotes e fiéis de todo o mundo, e cuja recitação enriqueceu de numerosas indulgências. Oração de caráter eminentemente profissional e social, como convém àqueles que estão sujeitos à lei do trabalho, que é para todos "lei de honra, de vida pacífica e santa, prelúdio da felicidade imortal". Diz ela, entre outras coisas: "Permanecei conosco, ó s. José, nos nossos momentos de prosperidade, quando tudo nos convida a gozar honestamente dos frutos de nossas fadigas; mas, sobretudo, permanecei conosco e sustentai-nos nas horas de tristeza quando parece que o céu quer fechar-se sobre nós e até os instrumentos de nosso trabalho vão escapar de nossas mãos".(14)

15. Veneráveis Irmãos e caros filhos: pareceu-nos também oportuno propor estas notas de história e de piedade religiosa a devota atenção de vossas almas, educadas na delicadeza do sentir e do viver cristão e católico, precisamente nesta data de 19 de março, quando a festa de s. José coincide com o início do tempo da Paixão e nos prepara para intenso contato com os mistérios mais emocionantes e salutares da sagrada liturgia. As disposições que prescrevem o véu sobre as imagens do cruciilxo, de Maria e dos santos durante as duas semanas de preparação da páscoa, são convite a um recolhimento íntimo e sagrado, concernente as comunicações com o Senhor, por meio da oração que deve ser meditação e súplica assídua e ardente. O Senhor, a Virgem Santíssima e os Santos estão a espera de nossas confidências; e é bem natural que estas se regam ao que corresponde melhor às solicitudes da Igreja católica universal. A espera do Concílio ecumênico

16. Ao centro destas solicitudes e em lugar preeminente encontra-se, sem dúvida, o Concílio Ecumênico Vaticano, cuja expectativa está nos corações de todos os que crêem em Jesus Redentor, quer pertençam à nossa mãe, a Igreja católica, ou a alguma das diversas confissões que dela se separaram e nas quais, entretanto, muitos estão ansiosos por uma volta a unidade e a paz, segundo o ensino e a oração de Cristo ao Pai Celeste. É muito natural que esta evocação das palavras dos Papas do último século sirva perfeitamente para suscitar a cooperação do mundo católico para o bom êxito do grande plano de ordem, de elevação espiritual e de paz, ao qual um Concílio Ecumênico é chamado.O Concílio a serviço de todas as almas

17. Tudo é grande e digno de consideração na Igreja, tal como Jesus a constituiu. Na celebração de um Concílio, reúnem-se em torno dos padres as personalidades mais notáveis do mundo eclesiástico, dotadas de altas qualidades de doutrina teológica e jurídica, de capacidade de organização, de elevado espírito apostólico. Eis o Concílio: o papa no ápice e, em torno dele e com ele, os cardeais, os bispos de todos os ritos e de todos os países, os doutores e mestres mais competentes nos diversos graus de suas especializações.

18. Mas o Concílio é feito para todo o povo cristão que nele está interessado pela circulação mais perfeita da graça, de vitalidade cristã, que torna mais fácil e rápida a aquisição de bens verdadeiramente preciosos da vida presente e asseguram as riquezas dos séculos eternos.

19. Todos, por conseguinte, estão interessados pelo Concílio, eclesiásticos e leigos, grandes e pequenos de todas as partes do mundo, de todas as classes, de todas as raças, de todas as cores; e se um protetor celeste é indicado para conseguir do alto, em sua preparação e realização, aquele "poder divino" pelo qual ele parece destinado a marcar época na história da Igreja contemporânea, a nenhum dos protetores celestes poderia ser mais bem confiado do que a s. José, augusto chefe da famlia de Nazaré e protetor da santa Igreja.

20. Ouvindo de novo o eco das vozes dos Papas deste último século de nossa história, como nos acontece, tocam ainda nosso coração os acentos característicos de Pio XI, em razão também de sua maneira refletida e calma de exprimir-se. Temos ainda no ouvido um discurso pronunciado a 19 de março de 1928, com uma alusão que ele não soube, não quis calar, em honra de s. José, do caro e bendito s. José, como gostava de saudá-lo.

21. "É sugestivo, dizia ele, observar de perto e, por assim dizer, ver brilhar, uma ao lado da outra, duas magníficas figuras que se acompanham no início da Igreja: primeiramente a de s. João Batista, que surge do deserto, algumas vezes com voz forte e outras com pacífica doçura; às vezes como um leão que ruge e outras como o amigo que se alegra com a glória do esposo e oferece aos olhos do mundo o esplendor maravilhoso de seu martírio. Em seguida, a figura tão vigorosa de Pedro, que ouve do Divino Mestre as magníficas palavras: `Ide e pregai a todo o mundo'; e para ele, pessoalmente: `Tu és Pedro e sobre esta pedra edificarei a minha Igreja'. Grande missão, divinamente faustosa e retumbante".

22. Assim falava Pio XI. Prosseguia depois, e com quanta felicidade: "Entre estes dois grandes personagens, entre estas duas missões, eis que aparecem a pessoa e a missõo de s. José que, ao contrário, passam apagadas, silenciosas, como que despercebidas e ignoradas, na humildade, no silêncio, silêncio que não devia iluminar-se senão mais tarde, silêncio ao qual deveriam suceder, e muito alto, o grito, a voz, a glória nos séculos".(15)

23. Oh! a invocação, oh! o culto de s. José para a proteção do Concílio Ecumênico Vaticano II. Veneráveis irmãos e caríssimos filhos de Roma, irmãos e filhos muito amados do mundo inteiro. É a este ponto que desejamos vos conduzir, enviando-vos esta Carta Apostólica justamente no dia 19 de março, em que a celebração da festa de s. José, Padroeiro da Igreja universal, podia servir às vossas almas de incentivo a uma renovação extraordinária de fervor para a participação, por meio de oração mais viva, ardente e contínua, nas solicitudes da santa Igreja, mãe e mestra, que ensina e dirige este acontecimento extraordinário do XXI Concílio Ecumênico e Vaticano II, do qual toda a imprensa pública mundial se ocupa com vivo interesse e respeitosa atenção.

24. Bem sabeis que a primeira fase de organização do Concílio prossegue em atividade pacífica, laboriosa e corsoladora. Por centenas, insignes prelados e eclesiásticos, vindos de todas as regiões do mundo, se sucedem aqui em Roma, distribuídos em diferentes secções bem organizadas, cada uma entregue ao seu trabalho particular, seguindo preciosas indicações contidas numa série de imponentes volumes que exprimem o pensamento, a experiência, as sugestões recolhidas pela inteligência, pela sabedoria, pelo vibrante fervor apostólico daquilo que constituiu a verdadeira riqueza da Igreja católica do passado, do presente e do futuro. O Concílio Ecumênico não pede para sua realização e seu êxito senão luz de verdade e de graça, disciplina de estudo e de silêncio, paz serena dos espíritos e dos corações. Isto de nossa parte humana. Vem do alto o auxílio celeste que o povo cristão deve implorar com sua viva cooperação pela oração, por um esforço de vida exemplar que seja antecipação e exemplo da disposição bem resoluta, da parte de cada um dos féis, de observar depois as instruções e as diretrizes que serão proclamadas na conclusão tão desejada do grande acontecimento, que já segue curso feliz e promissor.

25. Veneráveis Irmãos e caros filhos.O luminoso pensamento do Papa Pio XI a 19 de março de 1928 segue-nos ainda. Aqui de Roma, a sagrada catedral de Latrão resplandece sempre na glória de s. João Batista. Mas no maior templo de s. Pedro, onde são veneradas preciosas lembranças de toda a cristandade, há também um altar de s. José; e desejamos e propomos na data de hoje, 19 de março de 1961, que o altar de s. José seja revestido de novo esplendor, mais amplo e mais solene; e se torne um ponto de atração e de piedade religiosa para cada uma das almas e inumeráveis multidões. É sob as abóbadas celestiais da basílica vaticana que se reunirão em torno do chefe da Igreja as falanges dos componentes do colégio apostólico vindos de todos os pontos do globo, mesmo os mais distantes, para o Concílio Ecumênico.

Ó s. José! Aqui, aqui mesmo é vosso lugar de "Protetor da Igreja universal". Quisemos apresentar-vos, através das palavras e dos documentos de nossos predecessores imediatos dos últimos séculos - de Pio IX a Pio XII - uma coroa de honra, como eco dos testemunhos de afetuosa veneração que se eleva igualmente de todas as nações católicas e de todas as regiões missionárias. Sede sempre nosso protetor. Que vosso espírito interior de paz, de silêncio, de bom trabalho e de oração, a serviço da santa Igreja, nos vivifique sempre e nos alegre em união com vossa santa esposa, nossa dulcíssima Mãe Imaculada, num fortíssimo e suave amor a Jesus, Rei glorioso e imortal dos séculos e dos povos. Assim seja.


Dado em Roma, junto de s. Pedro, a 19 de março de 1961, terceiro de nosso Pontificado.



JOÃO PP XXIII

Notas
1. Acta et Decreta Sacrorum Conciliorum recentiorum, Collectio Lacensis, tomo VII, col. 856-857.
2. 10 de dezembro de 1847.
3. Decr. Quemadmodum Deus, de 8 de dezembro de 1870. Acta Pii IX, t. 5, Roma 1873, p. 282.
4. Acta Leonis XIII, Roma 1890, pp.175-180.
5. Carta a R. P. A. Lépicier, OSM, de 12 de fevereiro de 1908; Acta Pii X, vol. 5, Roma 1914, pp.168-169.
6. AAS 1(1909), p. 290.
7. Decr. S. Cong. dos Ritos, de 24 de julho de 1911: AAS III,1911, p. 350.
8. AAS 11(1919), pp.190-191.
9. AAS 12(1920), p. 313.
10. Discursos de Pio XI, SEI, vol I,1922-1928, pp. 779-780.
11. Discursos e Radiomensagens de S.S. Pio XII, vol. II, pp. 65- 69.
12. AAS 37 (1945), p. 72.
13. AAS 47(1955), p. 406.
14. AAS 50 (1958), pp. 335-336.
15. Discursos de Pio XI, vol. I, p. 780.

02 julio 2008

PARA QUE NUESTROS PROYECTOS LLEGUEN A BUEN TÉRMINO



Santa Teresa de Jesús, doctora de la Iglesia y fundadora de la Orden de los Carmelitas Descalzos, era muy devota de San José y trataba de convencer a todos que también lo fueran. Lo recomendaba no por que había leído mucho sobre el santo, sino por la experiencia que tenía de su protección. San José siempre le ayudó en sus labores y en los proyectos que se proponía para Dios.

Santa Teresa profesó como monja Carmelita a los 19 años y ya desde entonces manifestaba un gran amor a este santo. Cuando tenía unos 35 años Dios la llamó ha renovar la Orden de los Carmelitas, pues la vida de los monasterios se había relajado un poco. Así que decide construir nuevos conventos con una regla más estricta.

En este gran proyecto santa Teresa siempre sintió que San José era quien realizaba la obra. De hecho lo consideró como el verdadero fundador de los nuevos monasterios que construía. Por esta razón cuando inauguraba un nuevo monasterio siempre llegaba a este con una imagen del Santo. Además colocaba sobre la entrada del mismo la imagen de San José junto a la de María.

De hecho el primer monasterio que construyó, erigido oficialmente el 24 de agosto de 1562, lo llamó “Monasterio del señor San José”, pues el mismo San José le había ayudado en su construcción.




Cuenta la santa que estaba preocupada pues no tenia dinero para contratar los constructores. Tampoco sabía donde buscarlo. Y entonces se le apareció San José. Ella escribe en Libro de la Vida que, en esa ocasión, el santo “me dio a entender que no me faltarían, que los concertase; y así lo hice”. Parece que Dios le proveyó de tal forma que, según decía ella, muchos se admiraban de cómo le había ayudado.

Contaba Ana de Jesús una hermana carmelita descalza, que ella acompañó a Santa Teresa a un pueblo llamado Beas para la fundación del Convento de San José del Salvador. Durante el viaje se perdieron en un lugar de riscos y precipicios. Santa Teresa pidió a las hermanas que oran a Dios y pidieran a San José su intersección. De pronto vieron a un hombre que las llamaba. Este les indicaba que por ese camino se iban a desbarrancar y les indicó por donde salir. Por cierto este nuevo atajo era intransitable para las carretas que llevaban. Sin embargo, milagrosamente, se vieron en un sendero llano y seguro. Las hermanas quisieron buscar al hombre para agradecerle y al no encontrarlo Santa Teresa comprendió que había sido San José.

No cabe duda que la santa tenía razón al encomendarle todos sus trabajos y proyectos a San José. Sería una buena idea que hiciéramos lo mismo, ¿no les parece? Aprendamos el secreto que Santa Teresa aprendió y confiemos al padre de Jesús los proyectos y trabajos. Nuestra labor pastoral sería fortalecida si tuviéramos a San José como aliado.

También podríamos pedirle que interceda por esa reparación que urge en la casa o por la compra de aquello que parece que nos hace falta. Él pediría a Jesús su hijo para que nos ayudara en esa entrevista de trabajo o en aquel negocio nuevo. Al igual que a santa Teresa el nos auxiliaría para no equivocarnos en nuestros caminos y decisiones.

Sí Santa Teresa de Jesús nos hablara hoy de seguro nos diría:


-“Pídanle a San José que interceda para que tengan la sabiduría de Dios y puedan encontrar su voluntad en todo. Pídanle a José que interceda ante Jesús que nunca deja de oír al que fue su papá en la tierra”.


Por eso digamos juntos “San José bendito tú has sido el árbol elegido por Dios no para dar fruto, sino para dar sombra. Sombra protectora de María, tu esposa; sombra de Jesús, que te llamó Padre y al que te entregaste del todo. Que tu ejemplo de hombre justo y bueno me acompañe en todo momento para saber florecer allí donde la voluntad de Dios me ha plantado. Te pido San José que intercedas por mi necesidad… Amén.
Francisco Arturo Rodríguez Solis, m.j.

EN EL PROPAGADOR DE JUNIO


El Propagador de la devoción al Señor San José.
Año 137, no. 6, Junio 2008.

Portada: Sagrada Familia de Jesús, María y José.
p. 1. Editorial. Anuncio del encuentro mundial de las familias a celebrarse en México del 16 al 18 de enero del 2009, con el tema: La familia, formadora de de los valores humanos y cristianos.
p. 2. Lo que más valoramos entre amigos es la Lealtad. P. Eusebio Ramos, m.j.
p. 7. Canción de Cesareo Garabaín sobre la Lealtad.
p. 8. Catequesis preparatorias para el encuentro mundial de las familias.
p. 14-15. La lealtad de Verbito.
p. 16-17. Adolescentes: Seamos leales.
p. 18-19. Padres de familia: Seamos leales y fieles.
p. 20. Crónica de la nueva fundación de los Misioneros Josefinos en León, Guanajuato, México.
p. 23. Crónica del VII encuentro de la familia Josefina en preparación al centenario de la Pascua de su fundador, el P. Vilaseca, sobre el tema de la Humildad.
"Familia Josefina, anímate, con la humildad se ablandará tu corazón, comenzarás una vida de sarenidad y emprenderás grandes obras."

p. 27. San José en los misterios de la anunciación, nacimiento, infancia y juventud de Cristo. Pensamientos de los Santos Padres para profundizar la hermosa devoción de los dolres y Gozos de San José.
p. 28. Nuevo Gobierno de la Vice Provincia San José de la Misión de Centro América y Anuncio del Capítulo General de las Hermanas Josefinas a celebrarse en México del 9 al 24 de julio 2008.
p.29. Páginas vocacionales.de las hermanas y de los misioneros josefinos.

UNA AFIRMACION PEQUEÑA PERO SUFICIENTE


JOSE, HOMBRE JUSTO.
SAN MATEO 1, 19.

De San José no se dice mucho en los evangelios. En el evangelio de san Mateo encontramos una afirmación pequeña pero suficiente para maravillarnos ante la personalidad del padre terreno de Jesús. Escribe: “José su esposo como era justo…” (Mt 1,19). Esta es una calificación importante pues el Antiguo Testamento solo la usa para designar unos pocos hombres y mujeres cuya vida se distinguía por una búsqueda continua de la voluntad de Dios.

Justo era Noé que caminaba con Dios esto es que vivía guiado por Yahvé (Gen 6,9). Justo era Abraham que confiando dejó su patria por que Yahvé le había prometido una tierra que no conocía. Justo es descrito Job pues temía a Dios y estaba ajeno al mal (Job 1,1). La Carta a los Hebreos elogia a Sara y Rajab (11,11.31) entre los justos de la historia de Israel. Justos fueron los grandes personajes judíos fieles a Dios y misericordiosos con sus hermanos [1]. A este grupo pertenecía José de Nazaret, y los supera.

Mateo narra la experiencia de San José por que desea, entre otras cosas, presentarnos un modelo ético de la justicia evangélica [2] que es superior a la del Antiguo Testamento (Mt 5,17-48). Para este la justicia es el valor supremo del Reino (Mt 6,,33) que hay que buscar a pesar de que seamos perseguidos por ello (Mt 5,10). Es el nuevo orden que la existencia humana adquiere al colocar a Dios y su reino en el centro de la vida y de las relaciones sociales.

Buscar el Reino de Dios y su justicia será el deseo y la tarea fundamental del discípulo que cumple la ley pero amando sin barreras ni reservas como Jesucristo. De esta forma hace presente el Reino en la historia [3] y se vuelve resplandor de la gloria de Dios (Mt 5,16) entre los hombres. Para Mateo el justo del evangelio es el justo israelita pero en plenitud total de perfección (Cfr. Mt 5,48).

Desde el principio de su evangelio Mateo presenta a San José como modelo de este justo según el reino de Dios. Nos regala su corta pero dramática historia para inspirar a la comunidad creyente a buscar la voluntad del Padre a pesar de toda circunstancia. Es interesante constatar que incluso algunos teólogos protestantes han encontrado en este relato un ejemplo para la fe cristiana.

Hoy cuando los obispos en Aparecida nos llaman a ser verdaderos discípulos de Cristo, San José se nos presenta como un ejemplo inspirador en nuestra vida de fe y nuestro seguimientote Jesús.
Francisco Arturo Rodríguez Solis, m.j.


[1] Cfr. José su esposo, siendo justo, Martínez Llamas R., en Conclusiones del VIII Simposio Internacional sobre San José (2001) pág 85-88
[2] Cfr. Lutz U. El Evangelio según San Mateo, Ed. Sigueme, (1993) Salamanca pág 147
[3] Cfr.Grasso S. Il vangelo di Mateo, Ed. Dehonianae, (1995) Roma pág 203


Click here to get your own player.

..Visitas desde el 29ago2007..